jueves, 15 de noviembre de 2012

(15) Estampas porteñas

Visitada Ushuaia y la Tierra del Fuego regresamos a Buenos Aires para la parte final del viaje. Esto es, unos días en esta ciudad y otro par de ellos en Montevideo. De esta forma podríamos conocer la ciudad porteña, la columna vertebral (política, económica, cultural) de la enorme república argentina.

No teníamos mucho tiempo, por lo que el callejeo, con el auxilio del metro y más de algún taxi, que son bastante asequibles, fue la fórmula elegida. Empezamos nuestro paseo en el imponente edificio de la Cámara de Diputados.


Se encuentra en un extremo de la avenida de Mayo y es uno de los edificios parlamentarios más grandes del mundo.



Sin mucho esfuerzo conseguimos una imagen tradicional de la urbe porteña: la de un paseador de perros. Recoge a los animales diariamente para pasearlos mientras su dueño trabaja, o lo que sea. Pese a lo numeroso de la camada, van dóciles y tranquilos, ya que es una rutina diaria. Se dice que a veces quieren más al paseador que al dueño. Uno nos  contó que los paseaba desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde.

Las imágenes de Perón y Evita, sobre todo la de esta última, son frecuentes por todo el país. La de la fotografía se encuentra en un edificio céntrico enmarcando al difunto presidente Néstor Kitchner y su esposa y sucesora Cristina Kitchner.

Y también por cualquier barrio nos encontramos sucursales de un banco con un nombre y un símbolo familiar para nosotros. Lo desconocemos todo sobre la entidad (salvo que tiene cajeros que hemos utilizado) y solo queremos dejar constancia de su existencia. Por supuesto, a cada paso nos topamos con oficinas del Santander, del BBVA, de Movistar o de otras compañías españolas como Mapfre o Prosegur.

No desperdiciamos la ocasión de recorrer el Teatro Colón, el último construido en el mundo siguiendo el esquema clásico de La Scala de Milán.

Data de finales del XIX y es un enorme e impresionante edificio con el que la ciudad quiso dejar en evidencia su poderío económico. En realidad, además de un teatro es casi un palacio con numerosas dependencias y salones que recuerdan el de Versalles. 
 
          
Siguiendo el modelo existente en Argentina, al que obviamente no nos acostumbramos, hay un precio para los nacionales (30 pesos, 5 euros) y otro para los foráneos (¡110 pesos!). Nos ha pasado en otros establecimientos, en los vuelos internos, etcétera, y no dejamos de pensar que en España todos pagamos lo mismo. Después de cuatro semanas, esta discriminación negativa para el turista tiene consecuencias para el bolsillo.
Mármol de Carrara, grandes lucernarios, enormes arañas, adornos de oro macizo en algunos techos... una exhibición de poderío de una institución que cuenta con dos orquestas estables, un ballet de danza y en el subsuelo 57.000 metros cuadrados de talleres para confeccionar vestuario, pelucas, muebles, talleres que están en proceso reforma y ahora no se pueden visitar.


Desgraciadamente, nuestra visita coincidió con un ensayo para una macroópera de Wagner de siete horas de duración que comprime la tetralogía que escribió sobre El Anillo del Nibelungo. Por tanto, en el corazón del teatro, en su enorme sala principal, se estaban probando las luces y estaba totalmente a oscuras con una iluminación tenue sobre el escenario. Tras la protesta aceptaron enseñárnoslo el lunes si podemos ir antes de que salga nuestro avión. Esperamos que así pueda ser. Por si las moscas, incluimos la foto de su inauguración.

Mientras realizábamos la visita escuchamos unas fuertes explosiones. A la salida nos enteramos de que a muy poca distancia estaban protestando de manera harto ruidosa los empleados judiciales.

También esta la sede de su tribunal supremo, ante la que Alfonso quiso retratarse. Aquí se rodó parte de la película de El Secreto de sus ojos.



E igualmente el Obelisco, donde se inició la historia de Argentina como país independiente. Allí existía una iglesia que se demolió para construirlo y donde se izó por primera vez la bandera argentina. El monolito se encuentra en el cruce de 9 de Julio (enorme avenida que el peatón no puede cruzar de una vez porque al final se le cierra algún semáforo) y Corrientes, una calle animada llena de tiendas, librerías, teatros y cafeterías. En la foto, jacarandás en flor en la calle Lavalle.

Cerca está también la librería El Ateneo, cuya escalera nos recordó la de la famosa librería de Oporto, salvando las distancias a favor de la lusa. Tiene una cafetería donde almorzamos.

Es alucinante la cantidad de librerías que hay en Buenos Aires y abren a todas horas (casi a las 11 de la noche las hemos visto).

Y por fin, nos dirigimos al manifiestódromo oficial, un lugar nombrado donde también  todos los jueves se reúnen desde hace muchos años las Abuelas y Madres de la Plaza de Mayo para reclamar a sus hijos desaparecidos durante la dictadura del general Videla y sus sucesores.

Allí, al lado de la Casa Rosada, que viene a ser la Casa Blanca local, suelen producirse manifestaciones y concentraciones, como hemos comprobado.

Las madres/abuelas siguen paseando durante un rato cada jueves con las fotos de su familiares desaparecidos/asesinados reclamando justicia.

Nos llama la atención que el movimiento se ha fraccionado y hay dos sectores separados con sus respectivas pancartes, aunque confirmamos que ambos son totalmente "kitchneristas" y respaldan a la presidenta.

Antes de dar por finalizado el acto una de las madres/abuelas pronunció un discurso en el que hizó profesión de su respaldo a la presidenta peronista tras la manifestación opositora de la semana anterior.

Se dice que el color de la Casa Rosada se debe al deseo del presidente Sarmiento de buscar acuerdos entre los partidos que protagonizaron graves enfrentamientos civiles en la primera mitad del XIX, los blancos (unitarios) y rojos (federalistas), aunque no pasa de ser una improbable leyenda: los unitarios se identificaban también con el color celeste y el rosa era muy utilizado en aquella época.

Además de la concentración de las madres, en el exterior de la sede de un banco cercano encontramos en su exterior las placas de recuerdo de numerosos empleados "desaparecidos" durante la dictadura.

Igualmente el convento de la Merced, que en la corta historia del país ha sido también cuartel y ahora un centro educativo. Su antiguo claustro es un oasis verde en una zona de duro cemento, pero no está a la vista.

Y para rematar el día, excursión al barrio de La Boca para conocer la zona de Caminito, mundialmente famosa por la famosa canción de Gardel.

Estas calles han sido recuperadas con su colorido tradicional y hasta media tarde funciona un mercadillo en las calles y en las terrazas de los locales hay parejas bailando tango para atraer clientes.

 
Por si alguién no recuerda la canción aquí la tenéis de la mano del maestro Alfonso.

Aunque esta zona tiene fama de alborotada y poco recomendable para el visitante, el taxista nos aclaró que eso es una historia de otro tiempo y que ahora es megasegura. Motivo: han retirado a la PFA (policía federal argentina) y la han sustituido en La Boca por la Prefectura Naval (agentes de la Armada). Aunque su uniforme beis clarito puede llamar a engaño, nos advirt que son extremadamente expeditivos... pero eficaces. Lo cierto es que los vimos en todas las calles y esquinas, por parejas en incluso tríos, y que tanta policía nos sorprende, pero la tranquilidad es total.


Y para terminar dos imágenes nocturnas: el teatro Colón y el Obelisco, muy llamativos iluminados.

Por tanto, se nos hizo de noche (ya no estábamos en los larguísimos días del sur) aunque teníamos que madrugar al día siguiente para ir a Montevideo (con escala en Colonia del Sacramento) en el buquebú, atravesando el Río de la Plata y luego en autocar. Pero éso será otro capítulo.

3 comentarios:

  1. Mu chula la city, y se ve que tenéis buen tiempo! A aprovecharlo que ya os queda poquito.
    muá!

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  2. Hola Porteños,ya veo que estaís mimetizados con el pais,que ya os incorporaís en el manifestodromo,bueno así os vaís acostumbrando para la vuelta con las quejas cada día más sonoras en España y en Fraijoolandia.
    No os quiero recordar que os queda poco,pero lo bueno al final siempre se acaba.

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  3. Qué bonito Buenos Aires! inmenso también, no? bueno muchos besitos, luego hablamos por la noche si estais operativos...:)

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